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La luz es necesaria y la oscuridad también

Conoce más de cerca la iniciativa Slowlight

¿Alguna vez has oído hablar de la contaminación lumínica? ¿Sabes que riesgos conlleva dicha contaminación? ¿Cuánto tiempo llevas sin ver bien las estrellas? Podríamos hacernos muchas preguntas en relación con las consecuencias y sucesos que el ser humano vive cada día debido al exceso o mala orientación de luz artificial en la noche a lo largo y ancho de todo el planeta.  

Datos aportados en 2019 identificaban a España como el país de la UE con mayor gasto en alumbrado público y entre los primeros puestos de los países con mayor índice de contaminación lumínica.  

No es raro entonces que en 2021, aunque llevaba ya unos años en desarrollo en A Coruña, se hiciera más visible la “Iniciativa Slowlight”, promovida por el delegado del comité español de iluminación en Galicia, Coque Alcázar, y Raquel Valiño.   

En Slowlight defendemos promover un uso responsable de la luz, promulgamos los principios básicos esenciales para una nueva cultura de iluminación, un cambio de enfoque hacia la sostenibilidad global que permita recuperar la noche en las ciudades respetando el medio ambiente.” 

¿Es el alumbrado público el mayor agente contaminante del cielo nocturno? 

Tal vez, por volumen y numero de puntos de luz, podríamos decir que sí, pero existen otros numerosos puntos de iluminación contaminante como por ejemplo la iluminación comercial, publicitaria o del sector privado que en numerosas ocasiones no cumple con la normativa vigente dentro del reglamento de eficiencia energética de alumbrado exterior, también y aunque la ciudadanía lo desconozco, la iluminación residencial en numerosas ocasiones contribuye a unas ciudades cada vez más contaminadas.  

Las administraciones publicas tienen la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático y la eficiencia energética como prioridades en sus espacios como parte en su línea estratégica de desarrollo urbano, sin embargo y salvo excepciones, la política de sostenibilidad no contempla medidas de acción eficientes para combatir la contaminación lumínica. 

¿Es conocedora la sociedad del grave problema que genera la contaminación lumínica? 

Siendo sinceros, no. Es enorme el desconocimiento de la ciudadanía en relación a una iluminación adecuada, lo que desde como por ejemplo, la Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación, APDI, conciben como “la cultura de la buena luz”.  

El pasado mes de mayo y con motivo de la celebración del día internacional de la luz se llevaron a cabo diferentes paseos nocturnos en numerosas ciudades españolas. Nuestro responsable del departamento de promoción técnica, Javier Navarro, socio consultor técnico de la APDI y colaborador de la iniciativa Slowlight en la comunidad valenciana, fue uno de los encargados de guiar a las ciudadanas/os de Valencia que se apuntaron a esta iniciativa pionera en la comunidad. Paseos de sensibilización acerca del impacto de la iluminación urbana en el paisaje, la identidad, el patrimonio, la seguridad y el medioambiente, así como la relación de cada uno de estos conceptos con nosotras/os como ciudadanas/os.  

En dicha jornada, quedo patente el desconocimiento de la población en lo referente a la iluminación urbana, tanto del alumbrado público como del sector privado, con una conclusión clara: “Existe exceso de iluminación”, o mejor dicho “una iluminación mal planificada”. 

¿Qué problemas genera la contaminación lumínica a las personas, animales y el planeta?  

Como comentábamos al inicio de este artículo, la iluminación de la noche nos ha robado “la oscuridad” y el poder contemplar el cielo nocturno, es difícil por no decir imposible ver las estrellas dentro de numerosos núcleos de población, incluso en zonas rurales, la vía láctea es ya difícil verse en cientos de poblaciones.  

Pero existen problemas mucho más serios que tienen que ver con el funcionamiento del reloj biológico de todos los seres vivos. En los seres humanos crea desajustes en la segregación de la melatonina, la hormona responsable del sueño, y ya se estudia el efecto de la sobre exposición de luz artificial en las unidades del sueño de diferentes hospitales españoles. Además, la elevada exposición de iluminación en la noche, genera cansancio, nerviosismo, depresión y se asocia a tener un mayor riesgo de patologías como diabetes, obesidad o cáncer.  

Estos problemas como hemos dicho afectan a todos los seres vivos, el aumento de enfermedades en los animales, cambios en las migraciones de las aves o el desequilibrio en los ciclos de los árboles forman parte también de las consecuencias que está generando la contaminación lumínica. 

«Sin darnos cuenta estamos dejando desprotegido de forma continua el 50 por ciento del planeta: aquella parte en la que es de noche, ya que la esencia de los ecosistemas durante la noche se basa en esa oscuridad», afirma el astrofísico Alejandro Sánchez de Miguel. «Además, se sabe que la contaminación lumínica afecta a un porcentaje mucho mayor de especies, no solo el 50 por ciento, debido a que hay mucha más actividad nocturna que diurna. Por tanto, estamos hablando de algo muy crítico«. Fuente National Geographic   

Si quieres ampliar más la información sobre contaminación lumínica, visita la web oficial de la iniciativa Slowlight. 

Imagen: Pixabay
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